Después de conocerse la foto de Alberto Fernández y Javier Milei por el traspaso de mando, quien ha quedado en evidencia de lo personal que tomó la derrota electoral y lo enojado que esta por eso, ha sido Alberto Rodríguez Saá quedando como a él le gusta, en un lugar histórico y único, de todo lo que le hace mal a la democracia.
Más allá de las acciones que realizo el Kirchnerismo para retener el poder, Sergio Massa, incluso antes de que se conocieran los datos oficiales de las urnas, salió y reconoció la derrota electoral para anunciar que Javier Milei era el nuevo presidente. Y no tan solo eso, sino que el presidente saliente llamo al electo para felicitarlo y a poco más de 24 horas se reunieron para acordar quienes serán los nombres que se ocuparán de la transición de un lado y del otro.
Alberto Rodríguez Saá se va del poder afirmando lo “dañino” y “caprichoso” que ha sido, caracterizado por la “mala intención” en todas sus decisiones con el único fin de “romper”. Negado a la transición a pesar de todos los pedidos formales y públicos que hizo Claudio Poggi, situación que el mismo gobernador saliente genero solo porque de esa manera podía armar ese “Estado Paralelo” para beneficiar a sus funcionarios, a los amigos, familiares del poder y punteros políticos de su gusto. Así deja a la provincia, en la única jurisdicción nacional en este 2023 sin un “proceso de traspaso de poder ordenado entre diferentes fuerzas políticas”, una práctica que tiene como antecedente más reciente lo que hizo Cristina Kirchner en el 2015.
Hace unos días en nuestro país se cumplieron 40 años de democracia ininterrumpida. Alberto no aprendió nada de todo ese tiempo que inclusive lo tuvo como protagonista de lujo. No supo comprender, quizás enviciado con esto de sentir que “todo le pertenece”, que “todo lo decide” y que un día de dio cuenta que el mismo pueblo que lo puso lo saco.
Los ejemplos de otras provincias como, Santa Fe, San Juan, Entre Ríos, Chubut y Chaco, inclusive el traspaso presidencial que a pesar del cambio de fuerza política eligieron una transición ordenada, justificaron esa vía, con el único fin de preservar el bien común de todos sus habitantes garantizándoles que el ordenamiento mantenga, estabilidad, desarrollo y paz social, algo que Alberto Rodríguez Saá no eligió para San Luis y aunque algunos motivos del porque “no” los conocemos, nos quedara saber después del 10 de diciembre, los que oculto hasta el último minuto antes de irse.
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